Este texto, publicado en 2024 en InfoVaticana, va como un bonus track, un apéndice, de la breve serie sobre la actual dinámica protestantizada y ruidosa en la Iglesia.
No he estado en Medjugorje ni voy
a poner en cuestión si la Virgen María se ha aparecido y sigue pronunciando
revelaciones privadas a los videntes allí. No van a ir por aquí estas líneas. Voy
a centrarme en dos ideas: el fenómeno del “aparicionismo” exaltado en relación
con Medjugorje y la posible relación entre unas palabras de la Congregación
para la Doctrina de la Fe sobre esta aparición de la Madre de Dios y las
polémicas declaraciones del papa Francisco durante su viaje a Oriente en otoño de 2024 con
respecto a que todas las religiones sean caminos igualmente válidos hacia Dios.
Al respecto de la primera cuestión, me llamaron mucho la atención unas palabras del sacerdote Gabriel Calvo en su conversación con el P. Charles Murr en el canal de Youtube Tekton sobre el Compendio de la Fe del obispo Athanasius Schneider: “a medida que avanza este caos que estamos viviendo en la Iglesia se va produciendo un fenómeno al que se adhieren cada vez más personas, con buena intención, que es el del ´aparicionismo´; y entonces van corriendo de aparición en aparición pensando que las apariciones – las aprobadas por la Iglesia -, que son simples y meras revelaciones privadas, luego subjetivas, aportan un plus de contenido a la revelación de Dios, como si la revelación de Dios no estuviera ya cerrada con la muerte del último Apóstol (minutos 31 a 34).
El P. Gabriel Calvo se lamentaba de que muchos fieles (“mucha gente buena”) nutren la piedad sin nutrir el fundamento de esa piedad con un contenido doctrinal, dogmático, abogando por la búsqueda del equilibro entre las éstas y la formación doctrinal, con el fin de vivir una piedad que no sea sentimentalista, sino teológica, profunda”. A esta reflexión del P. Calvo respondía el P. Charles Murr con una muy importante apreciación: la distinción entre los verbos “poder” y “deber”, para enfatizar que no es necesario creer en las revelaciones privadas para ser católico. Dice la Iglesia sobre Medjugorje, después de cuarenta años de investigación, que “es digno de creer”, pero no dicen “hay que creer eso (…). Y hay que tener cuidado, porque a veces las personas van más hacia revelaciones privadas que hacia lo que es oficialmente enseñado y dado por Dios y por la Iglesia”. El P. Gabriel Calvo se lamenta de que este fenómeno puede deberse al hecho de que la Iglesia ya no enseña las verdades reveladas, y los fieles hacen lo que pueden para nutrir su espiritualidad.
Junto a estas consideraciones, con relación a Medjugorje, me gustaría apuntar que una característica que aprecio de este fenómeno del “aparicionismo” es la exaltación emotivista con que lo viven muchos de los peregrinos. Me explico: yo he peregrinado a Lourdes en múltiples ocasiones, a Fátima y a Tierra Santa (la madre de las peregrinaciones, por cierto), y en ninguno de estos tres lugares he observado nada parecido a la exaltación quasi obsesiva de muchos de los peregrinos a Medjugorje. Me da la sensación de que muchos de estos peregrinos son, además, del tipo que saltan de una a otra experiencia religiosa, buscando siempre emociones fuertes en la vivencia de la fe. No he realizado ni he visto ninguna encuesta sociológica. Les hablo solamente de lo que he visto en mi parroquia y entre catequistas, con quienes me he relacionado durante los años en que fui catequista de niños que iban a recibir la primera Comunión.
El segundo aspecto sobre el que me gustaría reflexionar es la oportunidad (u oportunismo) de las declaraciones sobre el hecho de que Medjugorje "es digno de creer" del Prefecto de la Congregación para Doctrina de la Fe, el otrora sospechoso de heterodoxia por este mismo dicasterio, Mons. Tucho Fernández. InfoVaticana reproducía un artículo del P. Raymond J. de Souza del 29 de septiembre en The Catholic Thing sobre cómo durante las últimas cuatro décadas la Iglesia ha retrasado enfrentar directamente las preguntas sobre Medjugorje, a pesar de ser un fenómeno de masas. Tras mucha investigación, el nihil obstat del Vaticano para que las peregrinaciones pueden continuar e incluso ser alentadas parecen afirmar el buen fruto de las visitas. Sin embargo, el Vaticano sigue hablando de “supuestas apariciones”: la nota no emite un juicio sobre su autenticidad”. “Más bien – continúa diciendo - sólo resalta que el Espíritu Santo está actuando fructíferamente para el bien de los fieles “en medio” de este fenómeno espiritual de Medjugorje. Además, la evaluación positiva de que la mayoría de los mensajes de Medjugorje son edificantes no implica una declaración de que tengan un origen sobrenatural directo. En consecuencia, cuando se hace referencia a los “mensajes” de Nuestra Señora, siempre se debe tener en cuenta que son “supuestos mensajes.”
Si vamos al contexto del nihil obstat emitido por la Congregación para la Doctrina de la Fe, observamos que éste, aun basado en un decreto del papa Francisco firmado el 28 de agosto de 2024, fue anunciado el 20 de septiembre. Entre esas dos fechas, de los días 2 a 13 de septiembre de 2024, el Papa Francisco realizó un viaje apostólico a Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Casual o causalmente, lo más destacable de este viaje del Papa han sido las constantes declaraciones sobre la validez de todas las religiones como caminos hacia Dios, mensaje con el que las supuestas revelaciones de la Virgen María en Medjugorje están en sintonía.
Destacando unas líneas del artículo del bloggero Wanderer del 23 de septiembre de 2024 al respecto: “El Papa Francisco estuvo completamente en su elemento durante su viaje al sudeste asiático. Esto se debe a que una vez más pudo entablar con entusiasmo el «diálogo interreligioso». Si se leen los discursos ya publicados del Papa, este diálogo goza de un estatus casi sagrado de grandeza, que se nutre de impresionantes predicados morales. Pues el diálogo pretendido apunta en su esencia a la unidad, la fraternidad, la armonía y el acuerdo: se trata ante todo de «vivir juntos, mezclarse con los demás, encontrarse, abrazarse, apoyarse, participar en esta multitud un tanto caótica que puede transformarse en una verdadera experiencia de fraternidad» (Evangelii Gaudium, 87). Sin embargo, nota Vigilius en el post de Wanderer, que en el concepto del Sumo Pontífice sobre el diálogo falta la referencia al conocimiento de la verdad. Es decir, que el papa Francisco excluye explícitamente la definición teórico-verdadera básica del diálogo.
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